So, estaba en mazatlán en una tienda con la familia y por alguna razón me vino a la mente la frase “no hay tesoro mas grande que las piernas de una mujer bonita” y de ahí nació este poema (lo que el mar le hace a uno caray).
Las piernas de una mujer hermosa
obnulan la plata y el oro
pues son de esta tierra azarosa
el más codiciado tesoro,
la inmaculada frontera
do lejos al horizonte
se encuentra siempre a la espera
celeste de Venus el monte.
Partiendo de sus misterios
a izquierda y a derecha
se encuentra el ancha dicha
de una cintura estrecha.
Más al norte y ya se observan
los guardianes del corazón
sacros cerros que protegen
el altar de la pasión.
Sigue el camino a la boca
y casi toca el fin de la misión
para acabar la jornada se llega a la mirada
donde muero, el viajero y comienzo esta canción
lunes, 2 de agosto de 2010
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