viernes, 24 de octubre de 2008

Carta de un poeta desesperado

A mi amada:

Te escribo hoy, querida, en estos,mis ultimos momentos de cordura, te escribo antres que mi alma, turbada ya desde hace tanto por el brillo de tus ojos, decida librarme de este, el castigo mas dulce que provocas en mi. Oh, no te preocupes, que no es tu culpami condicion; puede al sol culparse por despertar, mientras cabalga en la boveda celestial, ajeno a todomenos su propia grandeza, el celo de los astros, aquellas estrellas que se opacan ante su belleza? No lo creo. En todo caso, mi querida Carlota, deberia yo agradecerte, pues has sabido mantener con vida a mi alma, has sabido, a pesar de mi oposicion, clavarte en lo mas profundo de mi ser, naciendo en mi como un nuevo ente, una hermosa criatura que impone en mi las mas exquisitas torturas, los masbellos castigos,que un mortal pudiese conocer.

No es mi culpa, Julieta, que los dioses impidan nuestro amor. Tu no me amas, yo lose, y es por eso que sufro en tu prescencia, sufirendo sin embargo el doble sin ella, pues, que destino le espera a quien, o bastandole con no ser amado, decide tambien cesar de amar? Asi que te amo, y sufro por mi amor (o sera tal ves,que amo mi sufrir? ya no lo se, las lineas que antes dibujaban tan claramente las lineas entre amar y sufrir, ahora, cual ocaso bello y rojo, se desvanecen mas y mas, dejando en su lugar sombras y frialdad). Dejame, pues,que te ame, ten compasion y hazme sufrir.

Oh! casi olvidava contarte, amada Dulcinea,que hoy mate atres gigantes, tres necios cobardes que pusieron excusas en su inutil plegaria por no morir! El primero me dijo: "Me llamo razon, y si me matas mataras al pensamiento mismo"; ZAZ! muerto de una flecha que atravezo la frente. El segundo alego: "Soy prudencia, y si me matas, seras exiliado por los hombres"; CRACK! murio de mandibula cortada, que intente ahora hablar! El tercero, oh, cuanto rio al recordarlo, el terceroalego ser un molino! un molino!! Imagina mi risa al oir estas palabras; pues bien, ni gigante ni molino existen ya.

Me siento desfallecer, Rosario, asique aqui acabare mi carta, son ya las tresdelamanana,y dos almas en pena me esperan para partir con ellas, para partir por siempre, para nunca partir. Adios! Rosario! Adios!









Con estas palabras doy fin a micordura, y yo soy no mas. Me han llamado pormuchos nombres, mas ya ninguno es el mio. Adios!


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