Querida Celia:
Espero estes bien, hoy me siento en mejores condiciones para escribir que ayer, así que te contaré todo. Hoy pasee por la finca de mi padre (aún no me acostumbro a decir "mi" finca), observando el trabajo que al parecer ahora supervisaré yo. Nunca adivinarás a quién me encontre!, recuerdas al pequeño Diego? solía jugar con nosotros de niños, pues bien, al parecer el pequeño Diego ahora solo es Diego el capataz, puesto heredado de su padre, quién falleció hace unos meses. Al verme,avanzó hacia mí con los brazos abiertos, y pareció que en su rostro corrieron los años hacia atras, dejando visible la misma cara inocente que tenía cuando jugabamos,cuando por fin me tuvo al alcanze, me abrazo y me dijo -Don Santiango, que felicidad volverlo a ver-, a lo cual tan solo pude responder con una sonrisa (imagina hermana mía, "Don" Santiago! yo!) despidiéndome de el, retome mi excursión por la finca, alegre de encontrar por lo menos un rostro cariñoso en este lugar tan frío para mí. El ver a Diego me hizo pensar en lo tiempos de antaño, los recuerdas, mi querida Celia? tu y yo, jugando en los pastizales, Diego corriendo detrás nuestro, siempre el mas lento en las carreras, y ella, sentada en su balcón en aquella frontera a nuestra finca, la recuerdas? yo sí. Me pregunto que habrá sido de ella.
Buenas noches, mi querida hermana, espero estes bien.
Besos.
Santiago
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario