lunes, 2 de agosto de 2010

Mujer

So, estaba en mazatlán en una tienda con la familia y por alguna razón me vino a la mente la frase “no hay tesoro mas grande que las piernas de una mujer bonita” y de ahí nació este poema (lo que el mar le hace a uno caray).


Las piernas de una mujer hermosa
obnulan la plata y el oro
pues son de esta tierra azarosa
el más codiciado tesoro,
la inmaculada frontera
do lejos al horizonte
se encuentra siempre a la espera
celeste de Venus el monte.

Partiendo de sus misterios
a izquierda y a derecha
se encuentra el ancha dicha
de una cintura estrecha.

Más al norte y ya se observan
los guardianes del corazón
sacros cerros que protegen
el altar de la pasión.

Sigue el camino a la boca
y casi toca el fin de la misión
para acabar la jornada se llega a la mirada
donde muero, el viajero y comienzo esta canción